Superávit de «Qués», Déficit de «Porqués»

Muchas organizaciones quieren que sus empleados se dirijan al norte, pero ¿Alguien les ha dicho dónde está el norte?, ¿Les han dado una brújula?, pues no. Con esta metáfora quiero señalar un problema importante de muchas organizaciones en las que la visión, la misión, incluso los valores de la compañía solo están en un documento guardado a buen recaudo, por lo que si no existiera no pasaría nada diferente a lo que ocurre ahora.

No hablo de oídas, he tenido la oportunidad de trabajar con varias compañías, algunas ya de cierto tamaño (más de 1500 empleados), en las que reunidos con sus responsables, al preguntarles por la misión de la compañía, me encontré que se miraban unos a otros intentando sacar una frase que pudiera recoger lo que ellos pensaban, pero quedó claro que desconocían cual era, aunque lo intuían. Como digo, no me ha pasado en una sola, sino en varias, lo que es preocupante, porque cuando intentamos involucrar al personal en procesos de transformación, en gestión del cambio, en formación, en temas de liderazgo, en proyectos importantes, etc,  el problema es que los empleados no entienden «el porqué», motivo por el que no acompañan, ya que sólo le decimos «el qué», lo que tienen que hacer. Incluso hay quien se jacta diciendo algo así cómo «Estamos aquí para ejecutar, no para pensar»

Explicar a una organización, a un departamento, a un equipo los porqués de las cosas es muy potente, no hacerlo es  peligroso, desanima, desincentiva, desmotiva, no asegura una buena ejecución, va en contra del sentido de pertenencia, y sobre todo dice poco del que gestiona la compañía, que menos que explicar a la tripulación a qué puerto vamos, y cómo vamos a llegar.

Qué es lo que practicas los «qués» o los «porqués».  Otro día hablaremos de la Misión.

 


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